Pasatiempo de Pasankusa Ekadasi

 

En una ocasión, el rey Yudhiṣṭhira, lleno de humildad y sed de conocimiento espiritual, se dirigió al Señor Kṛṣṇa con una pregunta que brotaba desde lo más profundo de su corazón. Con las manos unidas, dijo:

—¡Oh Janārdana, refugio de todos! Por favor dime, ¿qué Ekādaśī se observa durante la quincena clara del mes de Āśvina? ¿Cuál es su nombre y qué méritos obtiene quien lo cumple con devoción?

El Señor Kṛṣṇa, complacido con la sinceridad del rey, le sonrió con ternura y comenzó a narrar la gloria de aquel día sagrado.

—Oh mejor de los reyes, escucha con atención. El Ekādaśī que ocurre en la luna creciente de Āśvina se llama Pāśāṅkuśa Ekādaśī. Quien observa este día con fe y ayuno alcanza la morada suprema de Viṣṇu, libre de todo temor y sufrimiento. Ningún sacrificio, ninguna caridad, ningún peregrinaje a lugares sagrados puede igualar el mérito que se obtiene al dedicar este día al servicio de Hari.

Al escuchar estas palabras, Yudhiṣṭhira abrió sus ojos con asombro, y el Señor continuó:

—Oh Bhārata, aquel que guarda Pāśāṅkuśa Ekādaśī, no solo se beneficia a sí mismo, sino que también libera a diez generaciones de sus antepasados y a diez generaciones de sus descendientes. Tal es la misericordia de este día.

El Señor explicó entonces el simbolismo de su nombre. “Pāśa”, dijo, significa el lazo que ata al alma al ciclo de nacimientos y muertes, y “aṅkuśa” es el aguijón que guía al poderoso elefante. Así, este Ekādaśī representa la compasión del Señor Viṣṇu, que corta las ataduras de la ignorancia y dirige suavemente a la jīva hacia la senda del bhakti.

Kṛṣṇa reveló que aquel que ayuna en Pāśāṅkuśa Ekādaśī, que ofrece lámparas, flores y hojas de tulasī, y que pasa el día cantando Sus santos nombres, obtiene bendiciones inconmensurables. Y, lo más importante, desarrolla amor puro por Dios, que es el tesoro supremo de la existencia humana.

Al concluir Su narración, el Señor miró con infinita ternura a Yudhiṣṭhira y dijo:

—Por lo tanto, oh rey, nunca dejes pasar este día. Quien observa Pāśāṅkuśa Ekādaśī alcanza todo lo auspicioso, y al abandonar este cuerpo, llega a Mi morada eterna, Vaikuṇṭha, donde no existe la muerte ni el sufrimiento, solo bienaventuranza eterna en unión con Mí.

El corazón de Yudhiṣṭhira se llenó de gratitud. Entendió que Pāśāṅkuśa Ekādaśī no era solo un día de ayuno, sino un regalo divino, un puente de misericordia para el alma, un momento en el que el Señor abre ampliamente las puertas de Su gracia.

🌟 Conclusión inspiradora

Al terminar de narrar, el Señor Kṛṣṇa miró con ternura a Yudhiṣṭhira y concluyó:

—Por lo tanto, oh rey, quien observa con fe Pāśāṅkuśa Ekādaśī alcanza todo lo auspicioso. No hay nada más elevado en los tres mundos que dedicar este día a Mí, recordando que soy el refugio último de todos los seres.


🌸 Así, la historia de Pāśāṅkuśa Ekādaśī nos enseña que la verdadera riqueza no está en los sacrificios externos ni en la caridad material, sino en entregar con sinceridad nuestro corazón a Śrī Hari. Este día es un recordatorio de que, más allá de la liberación, el tesoro más grande es cultivar bhakti, amor puro por Dios.



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