Pasatiempo de Uttana Ekadasi

(También conocido como Prabodhini o Haribodhini Ekādaśī)


🌺 El Silencio del Universo

Hace mucho, en un ciclo antiguo del tiempo, cuando la humanidad aún vivía en armonía con los devas y los sabios, ocurrió algo que llenó al universo de asombro y desconcierto.
El Señor Supremo, Śrī Nārāyaṇa, había cumplido con innumerables tareas para sostener la creación: proteger a los devas, liberar a los santos de los demonios, y restaurar el dharma en todos los mundos. Después de una era de intensas actividades, el Señor decidió entrar en Yoga-nidrā, un descanso místico y divino, durante los meses de Chāturmāsya, comenzando en Śayanā Ekādaśī.

Durante ese tiempo, el cosmos entero pareció entrar en pausa.
El brillo de los planetas disminuyó, las lluvias se detuvieron, y los devas permanecían inquietos. Los sabios, aunque continuaban sus sacrificios, sentían que el fruto de sus oraciones no se manifestaba como antes. Era como si la energía espiritual que sostenía la vida se hubiera ocultado detrás del velo del sueño de Nārāyaṇa.

Los devas, encabezados por Indra, Brahmā y la diosa Lakṣmī, se reunieron a las orillas del océano de leche (Kṣīra-sāgara), el cual reflejaba una profunda calma.
Allí se encontraba el Señor, recostado sobre la serpiente Ananta Śeṣa, envuelto en una luz dorada. Su rostro, sereno y radiante, parecía el sol reposando en un loto.

Lakṣmī Devī, sentada a Su lado, observaba con amor y devoción, pero notaba cómo el universo sufría sin la atención directa del Señor.
Con voz dulce, se inclinó y dijo:

“Oh amado mío, Jagannātha, Señor de todos los mundos, Tú descansas para restaurar el equilibrio de la creación. Pero ahora, los devas, los hombres y los sabios se encuentran desamparados. Las lluvias no llegan, los rituales no prosperan, y los corazones de los devotos te extrañan profundamente. Por favor, despierta, para que el mundo vuelva a florecer con Tu misericordia.”

Entonces, en el amanecer del día de Ekādaśī del mes de Kārtika, el Señor Nārāyaṇa, con una sonrisa de compasión infinita, abrió lentamente Sus ojos de loto.
En ese momento, los cielos se iluminaron. Los devas comenzaron a cantar himnos védicos, los gandharvas tocaron música celestial, y fragancias de flores divinas descendieron desde los planetas superiores.

El Señor habló con voz profunda, como el rugido del océano:

“Oh Lakṣmī, Tu devoción me ha despertado. Este día será recordado por siempre como Utthāna Ekādaśī, el día en que Yo, el Señor del universo, despierto de Mi reposo para bendecir a todos los seres.”

Con Su despertar, las aguas volvieron a fluir, los árboles reverdecieron, y el dharma retornó a la vida.
Los devas ofrecieron lámparas, flores, incienso y oraciones, en un festival de luz que llenó el universo entero.

Se dice que en esa ocasión los sabios y devas celebraron el primer Dīpā-dāna, la ofrenda de lámparas al Señor Vishnu, marcando el inicio de las festividades de Dīpāvalī y Utthāna Ekādaśī.
Cada lámpara representaba el alma de un ser que despertaba del sueño de la ignorancia hacia la luz del conocimiento espiritual.

El Señor Vishnu, complacido, declaró:

“Aquel que observe este día de ayuno, vigilia y adoración con fe sincera, obtendrá los méritos de miles de sacrificios y despertará su devoción dormida hacia Mí.”

Así, Utthāna Ekādaśī no solo marca el despertar del Señor, sino también el despertar del alma condicionada, que vuelve a recordar su eterna relación con Él.

Desde ese entonces, los vaisnavas celebran este día con gran reverencia:

  • Ayunando y dedicando el tiempo al canto de los santos nombres:

    Hare Kṛṣṇa Hare Kṛṣṇa
    Kṛṣṇa Kṛṣṇa Hare Hare
    Hare Rāma Hare Rāma
    Rāma Rāma Hare Hare

  • Decorando los templos con lámparas y flores, simbolizando el despertar de la conciencia divina.

  • Realizando Tulasī Vivāha, el matrimonio espiritual de la diosa Tulasī con Śālagrāma Śilā (Vishnu), que representa la unión del servicio devocional (bhakti) con el Señor.

Durante la noche de Utthāna Ekādaśī, los devotos permanecen despiertos, cantando y meditando en la forma del Señor que reposa y se levanta en compasión.

🌸 El Significado Interno

El Señor Nārāyaṇa, al despertar, simboliza el momento en que la conciencia divina vuelve a manifestarse en el corazón del devoto.
Cada alma individual, atrapada en el sueño del olvido espiritual, puede ser “despertada” por el llamado del servicio y el canto de los nombres santos.

Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura explica:

“Así como el Señor despierta de Su sueño en el océano de leche, de la misma manera el alma despierta de su sueño material al escuchar los nombres del Señor. Utthāna Ekādaśī es, por tanto, el día del renacimiento del alma.”

🌞 El Día en que el Amor Despierta

Por eso, este día no es solo una fecha del calendario, sino un recordatorio de que el amor divino nunca duerme; solo espera ser recordado.
Cuando el devoto enciende una lámpara o canta el santo nombre en Utthāna Ekādaśī, está diciendo:

“¡Oh Señor! Despierta también en mi corazón.
Que mi mente, mis palabras y mis acciones se eleven en servicio a Ti.
Que cada parte de mi ser despierte en amor puro hacia Tus pies de loto.”


Así, el pasatiempo de Utthāna Ekādaśī nos enseña que el verdadero despertar no es físico, sino espiritual: es el regreso del alma al recuerdo del Señor eterno, amoroso y compasivo, quien descansa en el corazón de cada ser. 🌺

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