Era el mes sagrado de Kārtika, en noviembre de 1977, cuando el aire en Vrindāvana estaba impregnado del aroma de los tulasīs y el suave canto de los devotos que resonaba en el Krishna-Balaram Mandir. Aquel lugar, consagrado por sus propias manos, se convirtió en el escenario de un momento trascendental: el regreso de Śrīla Prabhupāda al mundo espiritual.
Durante sus últimos días en este plano, Prabhupāda permaneció sereno, completamente absorto en el canto del santo nombre, escuchando continuamente el mahā-mantra en la voz de sus discípulos. Su cuerpo estaba debilitado, pero su conciencia brillaba con una intensidad sobrenatural. Desde su lecho, rodeado por sus devotos más cercanos, continuaba instruyéndolos con gestos suaves y palabras llenas de compasión.
Muchos testigos relatan cómo incluso en su estado físico tan frágil, su presencia espiritual era poderosa, profunda y llena de paz. A menudo, Prabhupāda pedía:
“Canten siempre Hare Kṛṣṇa. No se detengan nunca. Ese es el proceso para permanecer cerca de Kṛṣṇa”.
Hasta el último momento, quiso permanecer en Vṛndāvana-dhāma, el lugar donde los pasatiempos eternos del Señor Śrī Kṛṣṇa se manifiestan en la tierra. Sentía que su misión estaba cumplida: había llevado el santo nombre a todos los continentes, había traducido y comentado las escrituras vaisnavas más profundas —el Śrīmad Bhāgavatam, el Bhagavad-gītā tal como es, el Caitanya-caritāmṛta—, y había sembrado el Bhakti en millones de corazones.
🌼 El Día de su Partida
El 14 de noviembre de 1977, al caer la tarde, Prabhupāda cerró suavemente los ojos mientras el kīrtana se intensificaba. En la habitación, los devotos cantaban con lágrimas y devoción. De repente, se percibió una calma profunda, una vibración de paz absoluta. El alma pura de A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda partía hacia el plano eterno de Kṛṣṇa, para continuar su servicio en el līlā divino.Su cuerpo trascendental fue llevado en procesión por las calles de Vrindāvana. Miles de devotos, aldeanos y visitantes lloraban y cantaban, lanzando flores al paso del cortejo. Su samādhi (mausoleo espiritual) fue erigido en el Krishna-Balaram Mandir, donde hasta hoy los devotos se inclinan con reverencia, recordando su ejemplo eterno.
🌺 Su Legado
Después de su partida, su presencia no desapareció; se volvió más sutil, más universal. Prabhupāda había dicho muchas veces:
“Yo no moriré. Viviré por siempre en mis libros, y ustedes me leerán y me seguirán”.
Así ha sido. Su voz continúa viva en cada recitación del Bhagavad-gītā tal como es, en cada templo del ISKCON, en cada discípulo o simpatizante que canta el maha-mantra con sinceridad.
Bajo su inspiración, el Movimiento Hare Kṛṣṇa no solo se mantuvo, sino que creció y floreció aún más:
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Se construyeron templos en los cinco continentes.
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Se distribuyeron millones de ejemplares de sus libros.
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Se expandieron los programas de prasādam gratuito, educación espiritual y centros culturales.
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Se tradujo su obra a más de 90 idiomas.
Más allá de la organización, su mayor legado fue una transformación de conciencia: enseñó que cada ser puede encontrar la plenitud sirviendo amorosamente a Dios, sin importar su origen, nación o credo.
🌻 Su Presencia Hoy
Muchos devotos testifican que aún sienten la guía de Prabhupāda en sueños, en meditaciones o en momentos de duda. Él dejó un camino claro:-
Cantar el Santo Nombre.
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Estudiar y difundir las escrituras vaisnavas.
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Servir a los devotos y a la humanidad.
Su misión fue la de un ācārya universal, un embajador de la compasión divina, cuya humildad y determinación transformaron el rostro espiritual del siglo XX.
Hoy, en cada celebración de Prabhupāda Tirobhava Mahotsava (su desaparición física), los devotos decoran su samādhi con flores, cantan con el corazón abierto y recuerdan su sonrisa serena. No se trata de una despedida, sino de un reencuentro en el plano de la devoción.
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“Mi único deseo es morir en Vṛndāvana, con el santo nombre en mis labios, y mis discípulos sirviendo a Kṛṣṇa en armonía.
Ese será mi éxito.”
— Śrīla Prabhupāda
🌿 El Legado Viviente de Prabhupāda en Vrinda
e ISEV
e ISEV
Tras la partida de Śrīla Prabhupāda en 1977, muchos de sus discípulos asumieron la responsabilidad de continuar su misión con el mismo espíritu: difundir el Bhakti-yoga puro, promover la conciencia de Kṛṣṇa y formar comunidades espirituales sostenibles alrededor del mundo.
Dos de esos discípulos fuerón Śrīla Bhakti Aloka Paramadvaiti Swami y Srila Bhakti Vimala Harijan Swami, quienes habían recibido iniciación directamente de Prabhupāda y más tarde se formarón también en la línea de Śrīla Bhakti Rakṣaka Śrīdhara Deva Gosvāmī Mahārāja, discipulo tambien de Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura, hermano espiritual de Prabhupāda.Paramadvaiti Swami y Harijan Swami sintierón un llamado profundo: no solo continuar la enseñanza filosófica de Prabhupāda, sino expandirla en una dimensión práctica, ecológica y educativa.
De esa inspiración nació la Misión Vrinda (Vrinda Mission o Vrinda Family) y su rama educativa, el ISEV (Instituto Superior de Estudios Védicos).
🌼 Origen e Inspiración
El ISEV fue concebido como una escuela para la formación de devotos, monjes y laicos interesados en la cultura vaisnava desde una perspectiva integral.
Inspirado en los deseos de Śrīla Prabhupāda, el instituto busca:
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Profundizar en las escrituras védicas, especialmente el Bhagavad-gītā, el Śrīmad-Bhāgavatam y los escritos de los Gosvāmīs.
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Formar líderes espirituales conscientes, con valores de sencillez, servicio y compasión.
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Fomentar proyectos ecológicos y comunitarios, en coherencia con el principio vaisnava de “vasudhaiva kuṭumbakam” (la tierra como una sola familia).
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Preservar la esencia devocional, priorizando el nāma-saṅkīrtana, la vida simple y la conciencia profunda de servicio.
El Movimiento Vrinda, por su parte, es una expansión práctica de ese legado: templos, ecoaldeas, huertas sagradas, programas educativos y misiones urbanas que transmiten el mensaje de Prabhupāda con sensibilidad moderna y conciencia ambiental.
🌺 Conexión Espiritual con Śrīla Prabhupāda
Paramadvaiti Swami, Harijan Swami y los miembros de Vrinda siempre reconocieron a Śrīla Prabhupāda como su ācārya fundacional, es decir, la fuente del movimiento que los inspiró a entregarse al servicio devocional.Él es recordado no solo como el fundador del ISKCON, sino como el ācārya sampradāya (maestro de la línea discipular contemporánea) que reavivó el fuego del bhakti en Occidente.
En los templos de Vrinda y en los programas del ISEV, Prabhupāda ocupa un altar central, su nombre se canta en las oraciones diarias y sus libros se estudian con reverencia.
Cada proyecto, cada ecoaldea o comunidad creada bajo la guía del movimiento Vrinda, mantiene viva la esencia de su enseñanza:
“Prediquen con el ejemplo, sirvan con amor, y mantengan el Santo Nombre en el centro.”
🌻 Legado del Legado
El surgimiento de Vrinda y del ISEV es una manifestación del principio vaisnava de guru-paramparā, la cadena viva de transmisión espiritual.Así como Śrīla Prabhupāda tomó la antorcha de su maestro Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura, y la llevó por todo el mundo,
Paramadvaiti Swami y Harijan Maharaja junto con sus discípulos tomaron esa misma luz y la expandieron en nuevas formas: educación espiritual, servicio ecológico, arte devocional, restauración de templos, y difusión del bhakti entre jóvenes y comunidades hispanohablantes.
De esa forma, Vrinda e ISEV no son algo distinto al legado de Prabhupāda son, en verdad, una de sus ramas florecientes, una extensión viva de su misericordia sin fronteras. 🌸






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