Pasatiempo de Indira Ekadasi

 

Hace muchos miles de años, en la edad de Satya Yuga, existía un reino próspero llamado Mahīṣmatī. Allí gobernaba un rey piadoso y justo de nombre Indrasena. Su pueblo lo amaba porque cuidaba de todos como si fueran sus propios hijos. Bajo su protección, el reino florecía en riquezas, armonía y devoción.

Aunque el rey Indrasena tenía todo lo que alguien podría desear —riqueza, familia, prestigio y un corazón devoto a Viṣṇu—, en lo profundo de su alma sentía un vacío. Su amado padre había dejado este mundo, y el rey, con el corazón lleno de compasión, se preocupaba constantemente por el destino de su alma.

🌿 Un día luminoso, en medio del silencio del palacio, un visitante celestial llegó: era Nārada Muni, el sabio trascendental, eterno viajero y mensajero del Señor. Con su vīṇā en las manos y el brillo de la devoción en sus ojos, apareció ante el rey.

El rey Indrasena, sorprendido y honrado, recibió al gran santo con respeto, lavó sus pies, le ofreció un asiento digno y lo adoró con palabras de bienvenida. Después de intercambiar saludos, Nārada Muni, con su voz dulce y grave, reveló la razón de su visita:

—Oh rey, tu padre se encuentra en Yamaloka, el reino del dios de la justicia Yamarāja. Debido a ciertos pecados de su vida pasada y, especialmente, porque dejó de observar la sagrada práctica del ayuno en Ekādaśī, ahora su alma no tiene paz.

Al escuchar esto, los ojos de Indrasena se llenaron de lágrimas. Con humildad y preocupación sincera, se postró ante Nārada Muni y suplicó:

—¡Oh gran sabio! Tú que puedes viajar a todos los mundos, por favor dime, ¿cómo puedo liberar a mi padre de este sufrimiento? ¿Cómo puedo ofrecerle descanso y paz en su viaje eterno?

Nārada Muni, con una sonrisa compasiva, respondió:

—Escucha con atención, oh rey. En el mes de Āśvina, durante la quincena oscura, hay un día muy especial llamado Indira Ekādaśī. Si tú y tu familia observan este día con fe y devoción, si ayunan, cantan los santos nombres de Śrī Hari, ofrecen ofrendas a Viṣṇu y realizan los rituales de śrāddha para los ancestros, entonces tu padre será liberado de Yamaloka y ascenderá a los mundos celestiales.

El rey Indrasena, al escuchar la gloriosa promesa, se sintió profundamente consolado y agradecido. Decidió inmediatamente cumplir la instrucción sin demora.

🌸 Llegó entonces el día de Indira Ekādaśī.
El rey se levantó antes del amanecer, se purificó con un baño sagrado, y junto con su familia y sacerdotes, preparó el altar de Śrī Viṣṇu. Decoró el templo con flores frescas, encendió lámparas de ghee y colocó hojas de tulasī ante el Señor. Con el corazón lleno de fe, ofreció oraciones y mantras al Señor Viṣṇu, pidiéndole misericordia no solo para él, sino para su padre y todos sus antepasados.

Durante toda la jornada, el rey y sus súbditos observaron el ayuno. Algunos ayunaron completamente, otros tomaron solo agua o frutas, pero todos mantuvieron su mente fija en el servicio devocional, cantando el mahāmantra y escuchando narraciones acerca de la grandeza del Señor. También ofrecieron alimentos a los brāhmaṇas, realizaron caridad y ejecutaron los ritos de tarpana para las almas de los ancestros.

🌿 Finalmente, al llegar la medianoche, el rey permaneció en vigilia, recitando los nombres de Dios y glorificando a Viṣṇu. Y cuando amaneció el día de Dvādaśī, rompió el ayuno con el mismo espíritu de pureza y devoción con que lo había comenzado.

Entonces, sucedió el milagro.
Ante los ojos interiores del rey, se manifestó una visión maravillosa: el alma de su padre ascendía desde las regiones de sufrimiento, resplandeciente y liberada, encaminándose hacia los mundos superiores, bendecido por la gracia de Viṣṇu.

El corazón de Indrasena se llenó de alegría y alivio. Agradeció una y otra vez a Nārada Muni por la instrucción, y ofreció todas las glorias a Śrī Hari, cuya misericordia había liberado a su padre.

Desde aquel tiempo, los sabios han narrado la grandeza de Indira Ekādaśī, explicando que observar este ayuno no solo purifica a quien lo cumple, sino que también trae paz y liberación a sus antepasados.




🌼 Enseñanza 

Así, queridos devotos, Indira Ekādaśī nos recuerda que la misericordia del Señor Viṣṇu es ilimitada. Al observar este día con sinceridad —ayunando, cantando el santo nombre, ofreciendo oraciones y recordando a nuestros antepasados con gratitud— podemos purificar nuestras propias vidas y, al mismo tiempo, traer luz y liberación a quienes nos precedieron.

La práctica devocional no se limita a uno mismo: su influencia se expande como olas de misericordia, alcanzando incluso a aquellos que ya no están en este plano.

Por eso, quien guarda Indira Ekādaśī no solo se beneficia de paz y prosperidad en esta vida, sino que también ofrece un regalo eterno a su linaje familiar, demostrando el poder transformador de la devoción a Viṣṇu.

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