La llegada de Śrīla Prabhupāda a América
Era el año 1965. Un anciano sādhū bengalí de 69 años, con apenas unas pocas rupias en el bolsillo y un cofre de libros, se embarcó en un carguero llamado Jaladuta, desde Calcuta con destino a Nueva York. Su misión: cumplir la orden de su maestro espiritual, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura, de llevar el mensaje de Śrī Caitanya Mahāprabhu al mundo occidental.
Durante el viaje de casi un mes, el océano lo probó severamente. Prabhupāda sufrió dos ataques cardíacos y padeció fuertes mareos. Pero en medio de la tormenta, oró a Kṛṣṇa con humildad:
🌸 Finalmente, el 17 de septiembre de 1965, el Jaladuta atracó en el puerto
de Boston, Massachusetts. Śrīla Prabhupāda bajó del barco con su dhotī azafran, su chādara y sus tilakas brillando entre los modernos trajes y vestidos de la ciudad.
Al contemplar los rascacielos y el ambiente materialista de América, Prabhupāda escribió su famosa oración en su diario, la cual revela su estado interno:
“¿Cómo harán estas almas comprender el mensaje de Kṛṣṇa? No tienen ninguna cualificación espiritual. Pero sé que Tu Santo Nombre, Kṛṣṇa, es tan poderoso que puede liberarlos a todos. Si Tú deseas, que se cumpla este milagro”.
Con esa fe absoluta en el poder del mahā-mantra, Śrīla Prabhupāda se adentró en Nueva York.
En la ciudad caótica y desconocida, enfrentó muchas dificultades:
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No tenía dinero ni contactos.
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El clima era frío y su salud frágil.
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Sus primeros hospedajes eran humildes y a veces inseguros.
Pero su corazón estaba firme: cada día traducía y escribía, comenzando su obra monumental, el Śrīmad-Bhāgavatam en inglés.
En el barrio de Bowery, rodeado de artistas y buscadores espirituales, comenzó a dar charlas. Luego, gracias a la providencia, llegó al Lower East Side, donde alquiló una pequeña tienda en la calle 26 de la Segunda Avenida. Ese lugar se convirtió en la primera sede del International Society for Krishna Consciousness (ISKCON) en 1966.
🌸 El canto del Santo Nombre en Tompkins Square
Śrīla Prabhupāda comprendió que la esencia era dar el saṅkīrtana, el canto congregacional. Un día, llevó a sus primeros seguidores al Tompkins Square Park.
Allí, bajo un árbol que hoy se conoce como el Árbol de Śrīla Prabhupāda, se sentó en el suelo con un pequeño kartāl en sus manos y comenzó a cantar:
Pronto, los jóvenes del barrio –hippies, músicos, buscadores de paz– se unieron a cantar y danzar. El sonido trascendental inundó el aire de Nueva York, y algo único comenzó a despertar en sus corazones.
Aquel anciano sādhū, que había llegado sin recursos materiales, conquistó el mundo con el poder de la compasión y el Santo Nombre.
En pocos meses, los jóvenes se volvieron discípulos, adoptaron la vida de bhakti, comenzaron a vestir ropa devocional, a cantar en las calles, a distribuir prasāda y los libros de su maestro.
De esa pequeña semilla en 1965, surgió una misión que hoy florece en todos los continentes.
✨ El mensaje
La llegada de Śrīla Prabhupāda a Estados Unidos no fue solo un viaje geográfico, sino un acto divino de misericordia. Demostró que con fe en Kṛṣṇa y obediencia al guru, lo imposible se vuelve posible.Su vida nos enseña que un solo devoto puro, completamente rendido, puede transformar el destino del mundo entero.
Que grande es Tu gracia Krsna con este caído
Ahora que aquí me tienes, haz lo que quieras conmigo
Pienso que al enviarme aquí guardas algún plan
Sino no me habrías traído a este horrible lugar
Todos están aquí absortos en pasión e ignorancia
Y al consejo de Vasudeva no dan importancia
Pero si Tu gracia sin causa les concedes
Todo saldrá correcto pues Tú todo lo puedes
¿Cómo entenderán la dulzura de Tu servicio?
Oro para convencerlos de que es tan propicio
Por Tu deseo estas almas están ahora en Maya
Y sólo por Tu deseo podrán ser salvadas
Te pido que las liberes de este cautiverio
Y que entiendan Tu mensaje, si así es Tu deseo
Tú mismo has encarnado como el Bhagavatam
Quien lo escuche sumiso, bien lo entenderá
De la pasión e ignorancia se liberará
Y en su corazón no habrá ninguna suciedad
¿Cómo entenderán Tu palabra trascendental?
Soy desventurado y bajo y sin capacidad
Pero ya que me has traído aquí para hablar
Mi éxito o fracaso depende en Ti nada más
¡Oh Maestro sólo puedo repetir Tu mensaje!
Haz que mi hablar sea apto, para su aprendizaje
Por tu gracia mis palabras podrán ser puras
y al oir se aliviarán del dolor y la duda
Oh Señor soy tan sólo un titere en Tus manos
Hazme bailar y bailar como lo hayas pensado
No tengo Bhakti ni Veda, pero sí fe en el Nam
Haz que mi nombre Bhaktivedanta se haga realidad
Canción poetica adaptada por Srila B.K Atulananda Acarya






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